El Consell investiga una casa prefabricada instalada en un terreno del Pla de Corona

18/10/2018

Una denuncia de la Guardia Civil alertó de la presencia de esta vivienda a los técnicos de la conselleria de Territori. Desde la máxima institución insular explican que el departamento que dirige la socialista Pepa Marí está reuniendo toda la información disponible sobre la vivienda para “iniciar las acciones que se consideren oportunas”.

Los técnicos de Territori también evalúan el expediente elaborado por el Ayuntamiento de Sant Antoni sobre esta casa prefabricada, colocada a poco más de un kilómetro de la iglesia de Santa Agnès, una de las parroquias del municipio portmanyí.

Cristina Ribas, concejala sanantoniense de Urbanismo, ha preferido no hacer declaraciones al haber remitido el expediente de la casa al Consell, el órgano competente sobre este tipo de suelo.

El Plan Territorial Insular (PTI) es claro respecto a este tipo de edificaciones no permanentes. Están prohibidas en suelo rural, igual que las casas de madera prefabricadas o las viviendas que imitan la arquitectura tradicional de regiones ajenas a las Pitiüses.

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José Ignacio lleva dos años viviendo en una casa prefabricada. Cuando él y su mujer pensaron en mudarse de un pequeño pueblo de Burgos a la capital de la provincia, nunca se les pasó por la cabeza hacerlo en una casa que no fuera “tradicional”. “Todo el mundo tiene el tópico de que este tipo de casas son peores, y a mí me preocupaba especialmente el frío”, explica.

Sin embargo, cada vez que se acercaban a la ciudad para visitar inmobiliarias, pasaban por un polígono con este tipo de viviendas. “Al final, un día por curiosidad decidimos entrar, y nos convenció”. Los únicos requisitos que tenían era que fuera unifamiliar y de una sola planta, por aquello de que la edad y las escaleras no son buenas compañeras. A partir de ahí, empezaron a planificar sobre una base la casa que querían construir. “De lo primero que nos enseñaron al proyecto final no hay ningún parecido”, recuerda ahora.

Solo seis meses pasaron desde que cerraron el proyecto hasta que la vieron construida. Pero no estaba en su lugar definitivo, si no en una gran nave industrial, donde se había levantado. “Cuando la ves acabada pero dentro de una nave, parece que es una broma, estamos acostumbrados a ver los cimientos, la estructura, cómo se va haciendo… Y esto es raro pero también divertido”.

Finalmente, tres camiones transportaron lo que sería su futuro hogar. Tres piezas que los operarios engancharon y cubrieron con una cuarta, el tejado (como pueden ver en el vídeo bajo estas líneas). Hasta los muebles de la cocina venían ya instalados de la fábrica. En cuestión de pocos días, todo estaba listo en su nueva casa, donde llevan tres inviernos y donde el frío, por cierto, no es problema gracias a una estufa de biomasa. “La verdad es que nunca les creí, pensé que iba a ser mucho más fría que una ‘normal’, pero hasta ahora hemos estado perfectamente, solo me arrepiento de no haberla pedido un poco más grande”, bromea.

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