Cuenta atrás para la vivienda social eficiente

Los inmuebles públicos, entre ellos las viviendas sociales, deben cumplir las exigencias en materia energética a partir de 2019, un año antes que el resto

Algunas administraciones, como el Ayuntamiento de Madrid, ya impulsan acciones con las que ahorran energía y utilizan fuentes renovables

14/09/2018

La revisión del Código Técnico de la Edificación (CTE), que además de generalizar una nueva forma de construir en España, incorporará, en la misma línea que otros países europeos, la definición de edificio de consumo de energía casi nulo (EECN), con parámetros mucho más exigentes que los actuales, pronto se publicará.

Los promotores privados saben que, a partir del 31 de diciembre de 2020, todos los inmuebles nuevos que construyan tendrán que estar sujetos a esas directrices. Unas exigencias que vienen de Europa y que también implican a los edificios nuevos que estén ocupados y sean de titularidad pública, entre ellos, las viviendas sociales. Estas construcciones deben dar cumplimiento a esos requerimientos energéticos a partir del 31 de diciembre de este año.

Pero, ¿están preparadas las Administraciones Públicas? Según Inés Leal, directora del Congreso Edificios Energía Casi Nula, «las grandes ciudades están más capacitadas para afrontar la implantación de los edificios de consumo de energía casi nulo que los núcleos urbanos más pequeños, que podrían tener más dificultad para conseguir esos objetivos».

Aunque todavía no son muchos los proyectos de vivienda pública social EECNconstruidos, los edificios certificados bajo el estándar Passivhaus se han convertido en el ejemplo más cercano de edificios de consumo de energía casi nulo.

Adelina Uriarte, presidenta de la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), cree que las distintas administraciones tienen capacidad para adecuarse a las directrices de la normativa europea en esta materia. Es más, aclara que «aquellas con mayor predisposición así lo han hecho con anterioridad al plazo marcado».

Una de ellas es el Ayuntamiento de Madrid, que quiso dar ejemplo y adelantarse a 2019. Así, en el Pleno Municipal de 25 de mayo de 2016, se adoptó por unanimidad un acuerdo en el que asume que todos los edificios nuevos que se proyecten, e incluso aquellos existentes en los que se tenga que ejecutar una ampliación o rehabilitación integral, sean de energía positiva.

«Este objetivo se materializa en el establecimiento de una demanda energética media de climatización de calefacción inferior a 20KW/h por metro cuadrado/año y la fijada en el CTE para refrigeración, lo que se llevará a cabo mediante un adecuado diseño constructivo y la utilización de energías renovables», explica Pilar Pereda, asesora del Área de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento. Un plan ambicioso que ya se está realizando en 1.203 viviendas repartidas en promociones ubicadas en Puente de Vallecas, Villa de Vallecas, Arganzuela, Latina y Carabanchel.

Gonzalo Fernández, director de Rehabilitación y Obra Nueva de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), confirma que algunos proyectos que vienen de 2010 se han tenido que adaptar a la nueva normativa del Ayuntamiento para conseguir reducir el consumo energético. «Con todo», asegura, «la sensibilidad de los promotores públicos en eficiencia energética es incuestionable».

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