Sant Josep y Sant Antoni, los únicos que permiten reformar casas payesas sin documentar su historia

01/11/2017

Los ayuntamientos de Sant Antoni y Sant Josep son los únicos municipios de la isla que todavía permiten reformar las casas payesas sin pedir un estudio histórico-arqueológico con el que documentar el pasado de las viviendas tradicionales, antes de que sean modificadas por las obras y se pierda para siempre esa información histórica.

Esta condición, que ya cumplen los ayuntamientos de Santa Eulària y Sant Joan, y también Vila en las zonas arqueológicas e históricas del municipio, todavía no rige en los municipios de Sant Josep y Sant Antoni, y parece que así seguirá por algún tiempo. El estudio histórico-arqueológico se solicita a los propietarios para que puedan acometer obras. Es un informe que se pide para las casas que están incluidas en el Catálogo Municipal de Patromonio, un documento que los ayuntamientos aprueban junto al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) o a las Normas Subsidiarias de cada municipio.

Sant Antoni, que en la legislatura pasada intentó hacer un Catálogo de Patrimonio, pero que finalmente abandonó por la polémica y el descontento que suscitó entre vecinos y propietarios, asegura que el catálogo no se ha retomado y que debería redactarse con el nuevo Plan General que está pendiente de la aprobación de la futura Ley del Suelo, lo que se traduce en que no hay plazos a la vista.
En la misma línea, desde Sant Josep señalan que este tipo de construcciones deben pasar por la Comisión Insular de Urbanismo y Patrimonio (Ciotupha) que, en su caso, pide informes y estudios como el histórico. Aún así, este Consistorio sí que está elaborando su Catálogo de Patrimonio, aunque no ha avanzado fecha de finalización ni de aprobación del documento.

La Ley de Patrimonio obliga a los ayuntamientos a tener un Catálogo Municipal de Patrimonio desde 1998, es decir, desde hace 19 años.

Cerca de 6.000 edificaciones en Santa Eulària

Noudiari publicó hace sólo uno días que en una reforma de una casa payesa de Sant Mateu, de 300 años de antigüedad, ha aparecido un horno de pan y lo que parece ser una quijada de cerdo tras una pared que no se tocaba desde hace más de cien años. El estudio histórico-arqueológico, precisamente, permite conocer la historia de la casa, tanto de su construcción como de su documentación, para descubrir y reflejar el pasado de la estructura y de sus antiguos habitantes. Busca evitar que parte de la historia se pierda a través de las reformas arquitectónicas, que por desconocimiento o por falta de diligencia de las instituciones llevan a cabo propietarios de la isla.

En Santa Eulària, para la aprobación definitiva de las Normas Subsidiarias (NNSS) en 2012, el Consell consideró que el catálogo estaba incompleto y puso como prescripción la creación de una Comisión Municipal de Patrimonio y que todas las reformas en edificaciones anteriores a 1956 se sometan a esta comisión. Esta comisión es la que pide el estudio histórico-arqueológico “para poder documentar la cronología y la evolución de usos de la vivienda”, explican desde el Consistorio.

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